lunes, 26 de julio de 2010

El hombre que mató una época

Aunque siempre he sentido por el western particular inclinación, en los últimos días he dedicado más tiempo que nunca en revisar algunos clásicos del género.
Es extraño, pero las más reconocidas películas de vaqueros centran su atención en contar su derrumbamiento.
Son la crónica del paso de la ley de las balas, al imperio de las leyes escritas. El canto de cisne de una época que languidece.
Mi preferida de siempre es El Hombre que Mató a Liberty Valance, ahí está representado el hombre civilizado, el que pretende fundar un estado de derecho y abomina de las armas, y el salvaje, el que responde sólo a sus instintos.
El término medio es el pistolero con conciencia, el que sabe que la época que vive es obsoleta, que es insostenible. Alcanza a ver la sociedad por venir, entiende lo que prefigura el idealista abogado pero no comparte del todo su estrategia de cambio.
Sabe que para cambiar es necesario mancharse las manos de sangre y sabe también que no todos están dispuestos a hacerlo.
Hay películas brillantes que muestran el esplendor de una época, hay algunas que destacan al mostrar como otras sociedades desaparecen con la dignidad de una vieja dama sureña.

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