viernes, 6 de noviembre de 2009

¿Y los tenis apá?

"Recesión es cuando tus vecinos se quedan sin trabajo, depresión cuando te quedas tú".
Ronald Reagan

El Presidente Felipe Calderón declaró hace un par de días que México superó la recesión en la que estaba metido, pues lo índices económicos así lo muestran.
Con esta afirmación se ganó críticas de todos los sectores políticos.
El problema es que muchas de esas críticas y muchos de esos políticos, muestran más que un genuino interés crítico, un desvergonzado oportunismo.
Si algo se debe criticar a Felipe Calderón es su imprudencia o falta de tacto, pero no su veracidad.
Y no estoy hablando de relativismo, no hablo de que cada cual tiene su verdad y la puede mostrar para defender posiciones que le son útiles.
La recesión de la que habla Calderón se refiere a un término económico. Cuando el PIB decrece dos trimestre seguidos, técnicamente se habla de una recesión.
Cómo México tuvo un crecimiento del 2.7 en el último trimestre, y con la prospectiva que basa en la lamentable pero al parecer útil reforma fiscal aprobada por el Senado, el Presidente se atrevió a anunciar esa salida a la luz, luego de un oscuro año.
Mi comentario va dirigido a que se puede criticar el optimismo por prematuro, pero no por infundado.
Al mismo tiempo podemos custionar a los que buscan sumar simpatías, en base a los insultos endilgados a Calderón.
Apenas ayer López Obrador, con su sobado discurso mesiánico y vestido con el traje de defensor del pueblo dijo de Felipe Calderón: “es un mequetrefe, un mentiroso; no está consciente de lo que está sucediendo (en el país)”.
Y para rematar dijo que si existe esa recuperación que pregona: "es para sus jefes, porque la mayoría de los mexicanos viven la pobreza".

Es cierto, la inmensa mayoría de mexicanos vive en la pobreza, y dentro de ese nutrido grupo seguro que no está el hijo de AMLO, que se compra tenis de 12 mil pesos para ir a los mítines que su papá hace para condolerse de esos miles de miserables mexicanos que tanto sufren y que tanto le creen.
Para oportunistas y habladores, ¿quieren un mejor ejemplo?

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