viernes, 23 de octubre de 2009

Arranque impulsivo

Una entrada antigua *
"Padre, padre!¿Adónde vas?
No camines tan deprisa.
Habla, padre, habla a tu hijo
o me sentiré perdido".
William Blake


Bitácora del capitán I

Dante, a mitad del camino de su vida, se extravió en una selva oscura, y no encontró mejor manera de recomponer el rumbo que sentarse a escribir.
Nada extraño, perderse es común, escribir para poner las cosas en orden también, lo que varía es el resultado.
El italiano nos regaló con su ejercicio, "La Comedia"; hijos de nuestro tiempo, los bloggers --algunos de ellos extraviados, todos con un afán de comunicar-- desperdigan perlas de conocimiento, en una marea enfadosa de información y no siempre con una prosa decente.
El impulso sin embargo es auténtico y muestra lo mejor y lo peor de la democratización de la publicación de textos.
A esos dos cualidades me atengo, a un impulso y a un derecho y también a que a mitad de mi vida, de repente me sentí extraviado.
Según los manuales de literatura, Dante tomó el promedio de vida de un hombre en los 70 años, así que fue alrededor de los 35 cuando el florentino perdió el rumbo y lo encontró ayudado por la razón y de la mano de la mujer que amó.
Hace tiempo que pasé esa edad, y no veo muchas posibilidades de alcanzar el promedio de vida. Lo que me queda es escribir mientras pueda, para poner en claro mis ideas, para hallar respuestas y consuelo.
Después de todo, para eso han escrito todos los que lo han hecho antes de mí.
Sin importar si la petición de ayuda sea respondida, sin importar si encuentre respuestas, las preguntas o plegarias son un alivio, ¿o quién puede asegurar que William Blake haya alcanzado la guía del Padre?, podemos sin embargo afirmar que la esperanza de consuelo es reconfortante y una fiel compañera para el final.

* Con este texto inicié un blog perdido hace tiempo, lo rescaté por nostalgia y aqui lo pongo.

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