lunes, 26 de octubre de 2009

Seth, un brillante indio londinense

Decir que Vikram Seth es un escritor indio es faltar a la verdad. A pesar de su nombre y de haber nacido en Calcuta, el autor de "Una Música Constante" tiene una clara influencia británica.
Decir que Vikram Seth es un novelista es inexacto; aunque "Un Buen Partido", esa monumental novela de casi dos kilos de peso y más de mil 300 páginas, permita comparar al egresado de Oxford, con escritores de la talla de Flaubert, Proust y Tolstoi.
No obstante sus notables cualidades narrativas, Seth es un consumado poeta. De hecho su primera novela, "The Golden Gate", es un brillante ejercicio en verso ambientado en California.
Con varios volúmenes de poemas como "All You Who Sleep Tonigth" y "The Humble Administrator's Garden" y un premiado libro de viajes, "Desde el Lago del Cielo"; el calificativo de novelista no define las inquietudes literarias de este escritor con inclinación a los estudios políticos.
En la novela que interesa a este blog, "Una Música Constante"; se muestran con claridad las particulares aptitudes de Seth.
Un prosa que linda con lo poético, equilibrada, con variados recursos estilísticos; un atinado uso de las formas dialogadas, y la certera recreación de ambientes y personajes bien construidos, hacen de la novela de 1999 una narración memorable.
Ambientada en Londres, Manchester, Viena y Venecia, "Una Música Constante" es una novela de amores frustrados y pasiones eternas.
La obra en cuestión pone a la pasión por el arte sobre cualquier otra inclinación y afirma lo ya sabido, pero frecuentemente olvidado:
el tiempo no se recupera nunca, aunque Proust diga lo contrario.
Ninguna magdalena mordisqueada se compara con el beso dado 10 años atrás.
Michael Holme es un músico virtuoso con aspiraciones modestas en un cuarteto --el maggiore-- dónde es segundo violín.
Su vida es apagada, sin sobresaltos y su espíritu adormecido es tan neblinoso y frío como el natural clima de Londres.
Alternando clases particulares y diseminados conciertos, Holme y su inseparable violín Tononi --que ni siquiera es suyo, ya que su maestra de infancia se lo prestó-- viven en la comodidad que da una vida sin grandes expectativas.
Con una joven amante a la que no frecuenta, un departamento hipotecado, un violín en recaudo y un padre lejano y enfermo, Michael sólo tiene recuerdos y de entre ellos, el de Julia, una pianista a la que amó y abandonó 10 años atrás, no lo abandona.
Y es el regreso de Julia el que desaparece la abulia de su vida, aunque los años pasados dejan saldos dolorosos.
Con Schubert y Bach siempre presentes, con la poesía en cada recodo y el amor a la música siempre presente, "Una Música Constante" es una experiencia imborrable y Vikram Seth un autor imprescindible.

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