martes, 27 de octubre de 2009

Lo feo es hermoso

7 de 10 Macbeth
William Shakespeare

Shakespeare sigue pareciéndome difícil, pero hechizante, igual que las tres brujas que aparecen en la primera escena de este magnífico libro.
Inicié Macbeth hace muchos años, más de 20, con buenas expectativas y sin saber que era una tragedia, en realidad sin saber nada de él.
Lo compré sólo porque Shakespeare es un clásico y ¿quién no conoce un clásico aunque nunca lo haya leído?
En fin, empecé a leerlo y esas brujas con su caldero y sus profecías me sedujeron.
Si bien la traducción era excelente y los personajes que encontraba tenían una dignidad real de inicio, fue la trama de nota roja la que me hizo leer la tragedia de principio a fin.
Cuando conocí a Lady Macbeth recordé la sobada frase: "detrás de un gran hombre hay una gran mujer" y vi que también la mezquinidad y la traición, para funcionar mejor, requieren de la colaboración conyugal.
¡Qué terrible es Macbeth y que terrible es William en sus tragedias!, no le da al efímero rey de Escocia ningún resquicio de salvación.
El poeta de Stratford-upon-Avon lo pone en un tobogán y lo hace dar un paso al frente.
Macbeth se comporta como un chacal, aunque con breves vacilaciones, que no terminan por disuadirlo de matar a su rey. Luego manda matar a su amigo Bancuo y después a su familia.
La tragedia se desenvuelve con soltura entre ríos de sangre y traiciones, y confirma lo que ya se sabe, el arte le da belleza y un aura de dignidad a la maldad.
Como cantaban las tres brujas en la primera escena: "Lo feo es hermoso".

No hay comentarios:

Publicar un comentario