viernes, 30 de octubre de 2009

¿Te doy un Norte?, no te descuides


Lo tantas veces temido sucedió, el helicóptero de la televisora RCG cayó en la zona urbana de nuestra ciudad, Saltillo; dicen que por fallas técnicas.
Sin definirse todavía las causas, lo que se debe resaltar es la irresponsabilidad con la que la empresa de comunicación hacía alarde de su “tecnología de punta”, y de la pericia de su piloto.
De apellido Maravilla, el piloto en cuestión no dejaba pasar oportunidad para mostrar sus dotes en los diarios y matutinos vuelos.
Estimulado por el aplauso, inspirado por los elogios de su jefe Soriano y con la ventaja de que el control de tráfico aéreo en la ciudad, o no existe, o si existe es laxo, o si es estricto no lo respetan, a diario veíamos las filigranas aéreas temiendo lo peor.
Bueno, pues lo peor llegó, y si es cierto lo que RCG emitió en su comunicado: “Que fue un aterrizaje forzoso”,
podemos decir que la pericia del piloto evitó un desastre.
Sí, la pericia y el horario del accidente, pero así como esos dos motivos evitaron la tragedia, la soberbia actitud de la televisora, sumada a la complacencia de las autoridades le dieron al último viernes de octubre un mal recuerdo, y si esas actitudes se repiten, un mal presagio.
Todavía recuerdo la cobertura de la serie de campeonato de los Saraperos, ahí estaba el helicóptero, sobrevolando el parque y no olvido los comentarios de Ernesto Jeréz, el "dígale que no a esa pelota" de ESPN, molesto por esos vuelos.
Seguramente repondrán el helicóptero, la televisora tiene ilustres padrinos, esperemos que las conductas cambien, tanto de la televisora, como de esos padrinos tan prestigiosos.

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