martes, 27 de octubre de 2009

El segundo fue un "Castigo"

2 de 10 Crimen y Castigo
Fiódor Mijáilovich Dostoyevsky

Los libros nos hablan a nosotros en particular, ese es el encanto de la literatura, es un diálogo entre dos.
Pero el diálogo se da entre iguales, ni el texto debe oprimir al lector, ni el lector al texto.
La subordinación del lector al texto, o la animadversión del lector sobre el texto, lo que propician es un monólogo.
Cada libro busca a su lector, lo dijo Borges no yo, y cuando lo encuentra, entonces se da el hecho estético.
A mí "Crimen y Castigo", esa maravillosa novela de Dostoievsky, me buscó en siete ocasiones antes de encontrarme.
Compré una edición barata y empecé a leerla en seis ocasiones sin avanzar de las primeras páginas. Entonces llegó el momento adecuado.
En el séptimo intento entendí a cada personaje, di vueltas en el cuartucho de Raskolnikov y vi en sus arranques de impaciencia los que tuve y tengo, cuando conocí al alcohólico Marmeladov y sus luchas inútiles para no llevar a la miseria a su familia, tuve miedo de alguna vez ser cómo él, vi en la madre de Rodion y su hermana a las mías.
También supe lo que era ser una persona que nunca seré.
Dostoievsky me enseñó, aunque lo entendí después, que la literatura nos permite vivir experiencias ajenas y entenderlas, le dio sustento a lo que intuía, que el arte es una forma de conocimiento simbólico del mundo.

2 comentarios:

  1. Me matas mujer! Me matas! El día ke pueda hacer crítica literaria como tú, me consideraré más chingón ke Ezra Pound, más elocuente ke Cervantes-Góngora y Julio Cortázar juntos

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  2. Que yo sepa y por lo que he leido de ti, eres igual o mas elocuente que yo.
    Si ya vi que hasta tienes una columna que despeja dudas deportivas.
    Además, lo que escribo no lo pensé yo, eso se lo dejo a Borges o cualquier otro mejor preparado; yo soy un plagio andando.
    Como dijo Borges, ¡y dale con el viejito cegatón!. "Que dicha entender... mejor que pensar o imaginar".

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